La Integración de México con
Centroamérica y El Caribe
Jesús Hernández Garibay
Que los problemas que se viven en Centroamérica,
el Caribe y México tienen hoy mucho de común, lo deja ver cualquier
acercamiento que se haga a esta región. Aun con sus diferencias, los obstáculos
a un desarrollo pleno son prácticamente los mismos, la pobreza es una y la
misma, las contradicciones similares, la dependencia y en fin, el
subdesarrollo, destinos comunes hasta los inicios del nuevo siglo. Que en todos
nuestros países se vive una misma cultura, en la mayor parte de los casos un
mismo idioma, que la variedad de diversidades tienen como tronco una misma
historia, se percibe acá por todas partes. La alegría de la gente, la valentía
para enfrentar las adversidades y el esfuerzo diario por salir adelante no
obstante los escollos, forma parte de la idiosincracia
de la gente toda.
Pero si somos, como con el resto
Latinoamérica, una gran patria llena de orgullo por nuestro pasado común y una
cultura semejante, ¿qué tanto nos estamos perdiendo por no avanzar más unidos
los pueblos de esta Nuestra América, en el cambio de los tiempos? ¿Cuánto nos
perdemos por mantenernos desunidos y no integrados como un solo bloque frente
al concierto de las naciones?
Esto es, al menos, lo que trataron de
responder los asistentes a un seminario que sobre el tema de La Integración
de Centroamérica, México y el Caribe, se llevó a cabo en el Instituto
Centroamericano de Estudios Sociales (ICAES), con sede en San José, Costa Rica,
al cual fue invitada nuestra Asociación por parte de CENPROS y la Central
Latinoamericana de Trabajadores (CLAT), del 16 al 20 de julio del presente.
Al seminario -cuyo antecedente fue un
primer evento realizado en el mismo sitio hace dos años, además de un segundo
seminario en 2000 en la Universidad de los Trabajadores de América Latina
(UTAL), en Venezuela- asistieron diversas delegaciones de centrales de
trabajadores de la región, entre otras la Central del Movimiento de
Trabajadores Costarricenses (CMTC), la Central Autónoma de Trabajadores
Salvadoreños (CATS), la Central General de Trabajadores de Guatemala (CGTG), la
Central General de Trabajadores (CGT) de Honduras, el Consejo Nacional de
Trabajadores (CNT) de México, la Central de Trabajadores de Nicaragua (CTN), la
Central General Autónoma de Trabajadores de Panamá (CGTP), la Central
Puertorriqueña de Trabajadores (CPT) y la Central General de Trabajadores (CGT)
de República Dominicana.
En el evento hubo oportunidad de
intercambiar puntos de vista, lo que resultó de utilidad a los diferentes
participantes, pues permitió advertir el estado actual de este proceso de
atención de diversos organismos al tema de la integración regional, que para la
CLAT como sabemos tiene un especial significado, pues está ligado a su
propuesta de una Comunidad Latinoamericana de Naciones.
Entre las propuestas de la reunión destacaron
las siguientes:
1. La necesidad de construir desde abajo
un modelo de desarrollo que tome en cuenta las necesidades de la población, en
aspectos como el empleo, las condiciones de trabajo, las condiciones
salariales, la seguridad social, la educación y otros de esta índole.
2. Promover la elaboración, discusión y
aprobación por las legislaturas nacional y de los estados, de una Carta Social
que integre y aborde las necesidades sociales y sus formas de solución, con el
concurso de la gente.
3. Llamar a diversos sectores a
profundizar sus relaciones en todos los países latinoamericanos, en el afán de
intercambiar visiones y puntos de vista acerca de la unidad y la integración
latinoamericana.
4. Promover el conocimiento de la historia
de América Latina y El Caribe, así como de América toda, entre los más diversos
sectores sociales.
5. Promover la formación, actualización y
capacitación de cuadros en los más amplios y diversos sectores de la sociedad,
acerca del tema de la situación latinoamericana y las perspectivas de
integración regional.
6. Llevar adelante la propuesta de la CLAT
de un Foro Latinoamericano Permanente de la Sociedad Civil, que asuma entre
otras propuestas político-estratégicas la discusión en particular de la
pregunta: “¿Cuánto perdemos por no estar integrados con el resto de
Latinoamérica?”
Independientemente de los documentos finales, como resultado
del Seminario fue firmada una Resolución en favor de los derechos del pueblo de
Vieques, Puerto Rico, de protesta por la prevalencia de la marina de guerra estadounidense en ese
lugar.