Asociación por la Unidad de Nuestra América

 

 

La Deuda Social con Nuestros Pueblos

y la Integración Latinoamericana

 

A principios de julio último tuvo lugar en Caracas, una importante Cumbre sobre los temas señalados en el título de esta nota, a la que convocaron el Parlamento Latinoamericano y el Capítulo Venezuela del Parlatino, y asistieron personas de múltiples países. Por falta de espacio no podríamos referirnos aquí a las interesantes cuestiones y problemas que en ella se examinaron. Pero al menos cabe decir que no obstante el gran número y las diferentes posiciones de los participantes, se advirtió un amplio consenso en torno a complejos asuntos en los que no es fácil llegar a un acuerdo.

AUNA México recibió dos de las ponencias llevadas desde México, una presentada por el embajador de Venezuela en nuestro país, Lic. Lino Martínez y el arquitecto Carlos Véjar, director de la revista Archipiélago, y la otra, del Ing. Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano. Agradecemos su envío, y no sólo por su innegable interés sino porque la prensa y otros medios de comunicación en México casi no informaron acerca de tan importante reunión latinoamericana, recogeremos algunos fragmentos de ambas ponencias. Y también haremos referencia a la intervención del presidente venezolano, Hugo Chávez, al inaugurar la Cumbre Social.

Lino Martínez y Carlos Véjar

En la primera de las ponencias mencionadas se hace notar que “El monto de la deuda social acumulada en el mundo subdesarrollado es inconmensurable, mucho mayor seguramente que la deuda externa en dólares que tienen sus países con las metrópolis capitalistas y sus organismos financieros internacionales.” Al respecto, los autores recuerdan una declaración del BID, en la que se dice que “... sin voluntad política para asignar los recursos necesarios, podría llevar hasta 400 años el erradicar la pobreza extrema en algunas naciones de América Latina y el Caribe...”

Y añaden: “hoy es el tiempo de la globalización. Y hay que hacer negocios a toda costa y abrir los mercados del mundo e integrarlos en un inmenso centro comercial, en el que los hombres queden reducidos a potenciales clientes y sumisos súbditos de su majestad el dinero... Tengo, luego existo. Pero no, el espejismo virtual se hace añicos todos los días...

El cambio es hoy una constante en la vida social, política y cultural de nuestros pueblos.

“Y con el cambio ha llegado la hora de abatir las barreras para la integración de Nuestra América, erigidas no sólo por los designios imperiales de las potencias, sino por la codicia y la corta visón de sus capas dirigentes, más dedicadas a promover un estrecho nacionalismo que les permitiera expoliar... a pueblos y territorios, que a consolidar los puentes construidos en trescientos años de historia común, acción que hubiera permitido un desarrollo más independiente, equilibrado y justo de la región. Esa es la causa principal de que la unidad latinoamericana, la nuestra, la que nos permitiría insertarnos en el complejo mundo globalizado en mejores condiciones y comenzar con ello a liquidar la deuda social, haya sido hasta la fecha más que nada una quimera, una utopía, o a lo más, un camino a medio andar. Una historia de buenos propósitos. Acuerdos incumplidos, enfrentamientos entre hermanos, injerencias externas y compromisos frustrados...

“Pero la historia puede tomar hoy un nuevo rumbo. En las propuestas de algunas mentes preclaras latinoamericanas de nuestro tiempo parecen entreverse las ideas unitarias que los precursores de la patria grande comenzaran a forjar hace más de dos siglos, ideas que alcanzaran su máxima expresión en el pensamiento y la acción de Bolívar...”

“Y ¿cómo hacer oír las voces nuestras?

“Luis Ramiro Beltrán, destacado comunicólogo boliviano..., se preguntaba no hace mucho: ‘¿Quién ha de encabezar esa misión de lucha quijotesca por el cambio en un mundo internético, globalizado y neoliberal? Sin duda tendrá que hacerlo el segmento de la juventud, al que los destellos de la mercadotécnia no han podido obnubilar, aquellos comunicadores que sienten que su oficio está comprometido en el anhelo de una sociedad próspera, pero ante todo, libre, justa y verazmente democrática.’ Así será.”

Cuauhtémoc Cárdenas

Cuauhtémoc Cárdenas, quien también participó en la Cumbre Social de Caracas, se ocupa en su interesante ponencia de los graves problemas que hoy aquejan a nuestros pueblos, y de lo que se hace frente a ellos. Pues bien, por haberse aprobado hace unas semanas en El Salvador el lanzamiento del Plan Puebla-Panamá (PPP), recogeremos enseguida la opinión de Cárdenas.

El origen de ese Plan, según él, es la estrategia “de hegemonía continental de los Estados Unidos...” Por eso no es extraño que “en él se está previendo, en una primera fase de muchos años de duración, en lo que hace a las áreas productivas, el establecimiento, en forma casi exclusiva, de empresas maquiladoras...”, que aprovechen “la alta disponibilidad de una cuantiosa fuerza de trabajo no capacitada ni organizada...”, a la que podrán pagarse “salarios de mera subsistencia.”

“... al considerar la prioridad de la maquila para la zona, que sería la forma casi única de industrialización y fuente principal de empleo por muy largo tiempo, y la norteamericana de la política energética, se hace ostensible que esta zona pretende adecuarse como una... de apoyo y abasto para la economía norteamericana, con carácter estratégico en lo referente a los suministros energéticos.”

“El PPP anuncia para México, por otro lado, un efecto desintegrador, al concebir implícitamente a la mitad norte del país como un amortiguador para la economía norteamericana, y a la porción sur desligada de la anterior e integrada a Centroamérica, como un traspatio y segundo amortiguador, en contraposición con las posibilidades de integración sudamericana y, en un sentido más amplio, latinoamericana...”

El gobierno actual de México “esta considerado a Centroamérica como un coto bajo su dominio y a Venezuela y Colombia como sus competidores... en este propósito, y no ve al istmo centroamericano como el puente que debiera constituir, al desarrollarse con plenitud y elevar las condiciones de vida de sus pueblos, entre el norte de la subregión –México- y el sur de nuestro continente, en el proceso de integración latinoamericana...”

En el mismo Documento base “aparecen concepciones represivo-militares... (y) en los hechos se está dando ya la militarización y paramilitarización de estados como Chiapas, Oaxaca y Guerrero –los tres incluidos en el PPP- en los que se han presentado múltiples casos de violencia... contra organizaciones progresistas y comunidades que enarbolan demandas de carácter agrario...” Y un complemento de todo ello “... constituye... la previsión del Pentágono de destacar un contingente de 12 000 soldados norteamericanos en Guatemala...”

“... el actual gobierno norteamericano ha encontrado, en el marco del TLCAN proyectado hacia el ALCA, la vía para disponer de los recursos petrolíferos de Venezuela, Canadá y México... El presidente Bush ha declarado, inclusive que “el gas que se encuentra en México es hemisférico”, y el vicepresidente Cheney ha dicho, a su vez, que “México debe generar más gas natural para exportarlo a Estados Unidos.”

AUNA México considera que, de orientarse el PPP conforme a los mejores intereses nacionales y populares de los países que en él participan, podría ser útil y contribuir a nuestra integración y desarrollo. Pero mientras sean principalmente los intereses de Estados Unidos los que prevalezcan, debiéramos ser concientes del peligro que ese Plan representa, y mantener la guardia en alto.

Hugo Chávez

El presidente Chávez refirió en su importante intervención que en la pasada Cumbre de las Américas realizada en Quebec, propuso a los Jefes de Estado y de Gobierno reducir los gastos militares anuales de sus respectivos países en 5% y destinar ese ahorro al gasto social, propuesta que no mereció la atención de sus colegas. Habló también de las medidas que en Venezuela se han estado tomando para atender problemas como el empleo, la salud y la educación, cuyo presupuesto aumentó en más de 100% en los dos últimos años, para llegar al 6% del producto interno bruto. Y reiteró su compromiso de contribuir a la unidad latinoamericana y caribeña, indispensable para que nuestros países puedan superar sus problemas.

 

 

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