Tercera Cumbre de las Américas
Precedida por una reunión de Ministros de Comercio que se celebró días antes
en Buenos Aires, los presidentes y mandatarios de 34 países del continente –con
la sola exclusión de Cuba– se dieron cita en Quebec el día 22 de abril, en una
nueva Cumbre de las Américas.
En el encuentro de Buenos Aires, aunque Estados Unidos trató de que la
puesta en marcha del Area de Libre Comercio (ALCA), se acelerara dos años, o
sea que entrara en vigor en 2003, en vez de 2005, gracias principalmente a la
oposición de Brasil, de otros países miembros del Mercosur y de Venezuela, a la
postre se confirmó el plazo conforme al cual se constituirá en diciembre de
2005.
Como en otras reuniones, en la de Quebec se expresaron diversas posiciones
entre los participantes. Podría decirse que las dos principales fueron la que
defiende entusiastamente el ALCA y la que, estando de acuerdo con él, lo ve con
reservas y repara en la necesidad de que se tengan presentes ciertas
condiciones. Entre los más entusiastas defensores destacaron George W. Bush, de
Estados Unidos y Vicente Fox, de México. Según el primero “no hay alternativa
frente al ALCA, y sólo con libre comercio e inversiones privadas extranjeras
podrá desarrollarse América Latina.” Y en opinión del presidente de México,
Fox, a quien un periodista mexicano –Juan Manuel Venegas, de La Jornada–
calificó de “alegre promotor del ALCA”, éste “sin duda nos llevará a cerrar la
brecha brutal en la distribución del ingreso y a la eliminación de la
pobreza...”-; será el acuerdo de comercio “más creativo que haya habido” y
funcionará como “una verdadera integración, una verdadera unión continental;
¡estamos formando un gran equipo que va a ganar la medalla de oro de la
olimpiada del desarrollo!” 1
La segunda posición, compartida por varios países latinoamericanos, subraya
la necesidad de que sobre todo Estados Unidos elimine los subsidios agrícolas y
las barreras no arancelarias a las que recurre con frecuencia y no pocas veces
sin fundamento, como por ejemplo ha ocurrido con el cemento y otros productos
de México, a cuya importación se opone por considerar que se venden a precios
de dumping. Lo que se ha demostrado que no es así.
Jean Chretien, primer ministro de Canadá, declaró por su parte que la
creación de un área continental de libre comercio al menos por el momento, no
significa “un primer paso hacia una integración mayor...” Una integración
similar a la de la Unión Europea “no será tema para nosotros por mucho
tiempo...” “queremos libre comercio y una cláusula democrática y no hay ni
habrá discusión sobre una unión monetaria...” 2
A propósito de la democracia, en realidad no quedó claro si se apeló a ella
para “legitimar” la exclusión de Cuba, o si en efecto se pretende que un país
no democrático no pueda participar en el ALCA, porque si esto último es lo que
se busca no será fácil saber a quién se excluye ya que no son pocos aquellos en
los que no se respetan derechos humanos esenciales, empezando con Estados
Unidos, en lo que hace por ejemplo a trabajadores migratorios indocumentados
que proceden de México y otras naciones, y a quienes las patrullas fronterizas no
juzgan ni sancionan sino que agreden e incluso suelen matar.
Simultáneamente a la Tercera Cumbre de las Américas, en Quebec tuvo lugar
una marcha de protesta encabezada por Alianza Social Continental, en la que
según diversas fuentes participaron entre 10 mil y 30 mil personas
–trabajadores organizados sindicalmente, ambientalistas, profesores y
estudiantes universitarios, profesionistas, jóvenes, mujeres y otros-
principalmente canadienses, pero también de Estados Unidos y otros países.
A juzgar por múltiples crónicas, la hermosa y habitualmente tranquila
ciudad de Quebec fue esta vez acordonada, a fin de que nadie ajeno a la Cumbre
pudiera penetrar al barrio en que ésta se reunía. Los manifestantes chocaron a
menudo con la policía, la que disparó con frecuencia gases lacrimógenos 3.
Y mientras George W. Bush aseguró que el ALCA seguirá adelante, que es un
asunto de la más alta prioridad para su gobierno y espera que el Congreso dé
luz verde para firmar acuerdos de libre comercio con otros países (fast track),
varios presidentes latinoamericanos mostraron reservas y opinaron que si el
ALCA se aplaza ello no será mayor problema.
Las organizaciones de la Cumbre de los Pueblos, a su vez, dijeron a la prensa que “están a favor de la
integración económica de las Américas, pero bajo otra forma.”
“Queremos también una integración social que respete los derechos del
trabajo, que mejore las condiciones de vida... y ambientales...” “Estamos a
favor de relaciones comerciales justas...” Y lamentaron que los organizadores
de la Cumbre de las Américas no aceptaran un encuentro público y en terreno
neutral con los representantes de la Cumbre de los Pueblos.” 4
1 La
Jornada, 23 de abril de
2001, p. 3.
2 La
Jornada, 22 de abril, p. 20.
3 La
Jornada, Ibidem.
4 El
Financiero, 1º de abril, p. 12.