Comercio de México con Europa y Desaceleración de la Economía de Estados Unidos
En
los últimos días de enero el presidente de México, Vicente Fox, participó en la
reunión económica de Davos, Suiza y visitó Alemania. La prensa lo acogió con
interés y más de una vez señaló con simpatía que el nuevo mandatario mexicano
es un entusiasta partidario del libre comercio y un exfuncionario de la
Coca-Cola. Y en una de sus declaraciones, él mismo dijo que su gobierno “es un
gobierno de empresarios interesados en hacer negocios.”
La
posición del presidente Fox se caracterizó por su optimismo. Frente a quienes
se muestran preocupados por el descenso de la actividad económica en Estados
Unidos, el presidente Fox declaró que México está preparado para enfrentarse a
esa situación y que espera compensar la posible baja de sus exportaciones al
vecino del norte, con mayores ventas a Europa, a partir del nuevo Acuerdo de
Libre Comercio suscrito recientemente.
“Creemos
que podemos reemplazar, si no todo parte de ese decremento con nuestro
intercambio con Europa”. Y al concluir su intervención formal en Davos, añadió
que “.. su meta es llevar el Tratado de Libre Comercio entre México y la UE...
al mismo nivel en el que se encuentra ahora el Tratado de Libre Comercio con
América del Norte.” Por ello el gobierno mexicano “mantendrá su meta oficial de
4.5% de crecimiento económico para el presente año.”
En
diversos círculos, no obstante, se piensa que la economía mexicana puede ser de
las más afectadas por un receso norteamericano, que signifique una sensible
caída del valor de las exportaciones,
un sustancial descenso de la inversión extranjera directa –que según algunos
puede ser inferior a unos 8 a 10 mil millones de dólares, y una menor tasa de
crecimiento económico, ya que éste bajará en proporción similar a aquella en
que lo haga la economía estadounidense.
Entretanto
lo cierto es que, concretamente en su relación con Estados Unidos, México
encara serios problemas. Uno de ellos es la sobre producción mundial de acero,
otro el de los altos precios del gas natural que se fija con referencia al
mercado de Texas, y que el Secretario de Energía del gobierno de Fox, Ernesto
Martens, considera que “si México baja... los precios del combustible,
incurriría en prácticas desleales con sus socios comerciales, sobre todo con
Estados Unidos, y que esa medida, por lo tanto, no está en sus manos.”
Las
exportaciones mexicanas de cemento siguen indebidamente gravadas y tropezando
con obstáculos artificiales, pero muy dañosos, y asuntos como el del atún, el
aguacate y el libre tránsito de nuestros autotransportes tampoco se han
resuelto, para no mencionar problemas
más graves como el de los trabajadores migratorios que buscan trabajo en
Estados Unidos, y que no sólo son discriminados sino víctimas de la
arbitrariedad y la violencia e incluso de acciones delictivas que, en vez de
denunciarse y sancionarse, se toleran y aceptan como hechos inevitables.
Mientras sucede todo ello el presidente Fox anunció
en Davos que se propone trabajar a favor de la ampliación del TLC, para que,
convertido en un Nafta Plus, incluya a todos los países de América
Latina, y que defenderá esta posición ante el presidente George W. Busch tanto
en el próximo encuentro que tendrá con él en México, como en la Cumbre de las
Américas prevista para abril, en Quebec. *
* Información de Meridiano, Boletín
Electrónico, 2 al 29 de enero de 2001 (www.cefir.org.uy/meridiano).
Publicado
en Boletín Unidad Regional – Imágenes de Nuestra América Nº 7, Primavera
de 2001, página 7.