Director de la revista Macroeconomía
En tiempos de la globalización, en que los avances tecnológicos y económicos supondrían que la integración económica de América Latina y del Caribe sería mucho más fácil y estaría al alcance de la mano, ello no ocurre así y por el contrario, parece que nuestros países se alejan y construyen entre ellos barreras más altas. La integración de todos es hacia fuera, hacia las metrópolis económicas: Estados Unidos y Europa.
Los
problemas nos unen y son comunes. Por ejemplo, ahora mismo que escribo estas
líneas atraparon en Iztapalapa a trece indocumentados de varios países de
Centroamérica, de Brasil, de Ecuador y de Dominicana que viajaban ocultos en un
camión hacia los Estados Unidos.
El
desempleo es nuestra característica, la expulsión de trabajadores,
mayoritariamente ilegales; y así podemos seguir con los rasgos económicos y
sociológicos de nuestros países.
Ecuador
está en turno, apaleando a sus indígenas que se rebelan contras las políticas
del Fondo Monetario Internacional que aplica el gobierno. Antes fueron
Argentina, México, Brasil, Chile, Perú, Colombia, etc.
La
unidad económica de nuestros países del Caribe se percibe todavía más difícil.
No se ha logrado la incorporación efectiva y real de Cuba al foro
latinoamericano. Zedillo enfrío mucho las relaciones México-cubanas y Fox no
sabemos bien a bien qué hará, aunque invitó a Fidel a su toma de posesión; sin
embargo, el pronosticable endurecimiento de W. Bush hacia Cuba probablemente
arrastrará a México en ese sentido.
Con
todo, lejos de desfallecer en la lucha por la Unidad Latinoamericana y del
Caribe, podemos pensar que la crisis de la Globalización, con el desempleo
generalizado y la paralización, y bancarrota de muchas de las economías
latinoamericanas puede ser la plataforma de lanzamiento de nuevas políticas
gubernamentales y acciones de la sociedad civil para lograr el ideal
integracionista que lleve a nuestras naciones a un mejor destino.
Por
ejemplo, habrá que ver qué pretende Fox con el Plan Puebla-Panamá.
Desde
luego que no puede pensarse ni aceptarse solamente el proceso integracionista
desde el punto de vista de las empresas trasnacionales, sino un proceso mucho
más amplio y más profundo, que comprenda la cultura y la sociedad; porque por
la historia, siempre hemos sido un sólo pueblo y nuestros héroes han sido
Bolívar, San Martín y Juárez.
Publicado en Boletín Unidad
Regional – Imágenes de Nuestra América Nº 7,
Primavera de 2001, página 11.