En
días pasados se realizó en La Habana, por tercer año consecutivo, una
importante reunión internacional sobre globalización, problemas y posibilidades
de desarrollo, principalmente de América Latina.
Asistieron
a ella 300 personas procedentes de 45 países, algunas de ellas en
representación de organismos internacionales como el Banco Mundial, el Banco
Interamericano de Desarrollo, la Organización Mundial de Comercio y la
Organización Internacional del Trabajo. Y lo que caracterizó el debate fue la
diversidad de opiniones y el respeto a los diferentes planteos y puntos de
vista.
Según
algunos de los asistentes, la globalización seguirá presente, como un hecho de
gran influencia en la economía mundial. Según otros parece un fenómeno en
retirada, o que al menos no operará de la manera incontrolada y turbulenta en
que lo hizo hasta ahora.
Numerosas
personas concurrieron en que la globalización, lejos de traer consigo mayor
igualdad, interdependencia y armonía, ha significado mayor desigualdad,
dominación y dependencia, y también hubo al menos amplio consenso en torno a la
conveniencia de que, además de examinar seriamente el proceso de globalización,
se avance en propuestas concretas y en su puesta en práctica, a fin de que las
recomendaciones no queden sólo en el papel.
Al respecto se hicieron interesantes propuestas sobre cuestiones tales como la conveniencia de rediseñar un nuevo orden económico internacional, la de cambiar el contenido de la globalización e impulsar la integración y el intercambio regionales, y se anunció la creación del Foro Latinoamericano de la Deuda Externa, cuyo objetivo principal es lograr que se anulen o cancelen las deudas, sobre todo de países para los que representa un serio obstáculo a su desarrollo.
El saldo del encuentro de La Habana fue positivo, pues contribuyó a que se conozcan mejor los problemas a que nos enfrentamos y se avance en la construcción de una alternativa, en la que en vez de actuar en forma aislada, dispersa y débil, nuestros países comprendan que su integración, unidad y esfuerzo conjunto son condición para impulsar , fortalecer y reorientar su desarrollo. *
* Fuente: Prensa
Latina.
Publicado en Boletín Unidad
Regional – Imágenes de Nuestra América Nº 7, Primavera de 2001, página 6.