Enrique Brito
Cuando hablamos del Gran Caribe
nos referimos a todos los países que total o parcialmente es-tán bañados por
las aguas del Caribe. En este sentido está constituido por todas las Islas
Caribeñas, los países de Centroamérica y Venezuela, Colombia y México.
Vivimos actualmente en
procesos de globalización mundial y también de integración regional. La Unión
Europea es el ejemplo más avanzado de integración continental que va más allá
de las meras relaciones comerciales. En el caso de México el tratado de Libre
Comercio con Estados Unidos y Canadá constituye la experiencia más fuerte, con
efectos positivos y negativos que todavía no acaban de definirse.
Por razones históricas, geográficas y culturales no se ha dado una tendencia sólida a actuar como un conjunto integrado entre los países del llamado Gran Caribe. Si bien enfrenta dificultades serias como son la lengua y la dificultad de comunicación dada la lejanía entre los diferentes países, hay también razones muy poderosas para buscar la integración, como es la pobreza que se vive en la mayor parte de los países, los efectos que se arrastran de haber sido colonizados, y la necesidad de unir fuerzas para enfrentarse a todos los otros bloques que se han ido integrando.
Generalmente cuando se
piensa en integración la referencia obligada es a aspectos económicos y
comerciales. Sin embargo las características culturales son importantísimas
tanto para lograr o dificultar la integración como para moldear un proyecto
mucho más humano que el que sólo se basa en lo económico. En este sentido los
países caribeños comparten una serie de rasgos culturales que nos han unido e
intercomunicado desde hace tiempo y de una manera espontánea: me refiero a la
música, a la pintura, a la danza, a expresiones culturales tipo popular que nos
son comunes. A esta forma espontánea de integración hay que añadir un proyecto
intencionado y sistematizado que, tomando como base todas esas relaciones que
ya existen promueva la comunicación e integración de las sociedades civiles de
nuestros países y busque cuáles son los aspectos políticos y económicos que
pueden complementarse y enriquecerse a nivel regional. La presencia y acción de
instancias como AUNA y CRIES dan ya esperanza de caminar en esta dirección.
Publicado
en Boletín Unidad Regional – Imágenes de Nuestra América Nº 7, Primavera
de 2001, página 9.